Los Delfines de la Universidad del Sagrado Corazón (USC) se levantaron como los nuevos campeones del fútbol de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI). El equipo Vinotinto apostó en el partido de campeonato celebrado el jueves, a la paz y tranquilidad de su defensa central Martín Burgos para anotar el penal de la victoria.
“El profe (Mirabelli) me dio la confianza para tirar el penal. Realmente no me lo esperé, que llegara ese momento para yo hacerlo. Sí se me cruzó en la mente que si me llegaba tenía que estar preparado. Me paré ahí, bloqueé el sonido y pateé para donde tenía que patear. Estoy bien feliz por la victoria del equipo, porque es un penal que cuenta para todos nosotros”, compartió Burgos en un aparte durante la celebración sagradeña en la cancha de Quintana en San Juan.
Los dos mejores equipos de la temporada, los Delfines de la USC y los Tarzanes de la Universidad de Puerto Rico (UPR) de Mayagüez, habían llegado a los penales empatados 1-1. Ambos equipos comenzaron el duelo de penales en un silencio sepulcral ante más de 300 fanáticos. Mayagüez falló su segundo y séptimo intento, Sagrado sólo la tercera oportunidad de penal para estar el marcador 1-1 (5-5). Fue entonces que Burgos es llamado desde la banca para tener su primera oportunidad de juego en toda la temporada.
Andrés Mirabelli, técnico de los Delfines, tomó la decisión de confiarle a Burgos la difícil tarea de romper la defensa de la portería de los Tarzanes de la UPR de Mayagüez.
“Martín tuvo la particularidad que no jugó ni un minuto en toda la temporada. A sabiendas que podía presentarse un partido de este estilo, nosotros practicamos (el miércoles) los penales, porque podía pasar. Martín era uno de los mejores ejecutores. Quizás no estaba para jugar, pero sí para patear. Faltando un minuto lo pusimos. Fue una apuesta. Podía salir bien, como podía salir mal. Fue a favor de él y nos dio mucha alegría”, contó el argentino Mirabelli.
El estudiante de cuarto año del bachillerato de Ciencias del Ejercicio en la USC fue agasajado por todos sus compañeros de equipo, el presidente de la universidad, Gilberto J. Marxuach Torrós y personal del Departamento Atlético. Fue un hecho, que la USC movilizó su estudiantado y su personal administrativo para mostrarle a sus deportistas su apoyo en momentos donde se regresa a una normalidad académica luego de dos años de paralización deportiva y actividades extracurriculares presenciales por causa del COVID-19.
“Me disfruto esta victoria con ganas, porque es con el equipo que entré en mi primer año. Nos hace muy feliz y me es gratificante verlos a todos ellos cumplir unas metas que cuenta para todos”, concluyó Burgos.
El equipo de la USC fue organizado hace cuatro años por el técnico Sergio Castro. A su salida, le deja a quien era su asistente y hoy dirigente en propiedad, Mirabelli, la encomienda de concretar el sueño campeonil.
Según datos ofrecidos por la USC, es el primer campeonato que obtienen desde 1986. Su última oportunidad por el cetro fue en 1988 cuando se enfrentaron a la UPR de Río Piedras. En su legado existen otros tres campeonatos previos: 1982, 1983 y 1984. Un periodo que lo bautizan “la época de gloria”.
Por otro lado, los Gallitos de la UPR de Río Piedras se quedaron con el trofeo de tercer lugar al golear 5-0 a los Tigres de la Universidad Interamericana. Los Gallitos fueron bajados del trono por los Delfines de la USC en la semifinal. Estos eran los campeones defensores de la LAI.
